La luz de las Clarisas

Himno

Encargo para conmemorar el V Centenario de la llegada de las Hermanas Clarisas a la ciudad de Elche.

2015/2016

Retrogradamos la expresión y tenemos la claridad de la luz, «la clara luz» en las bellas palabras de Belda, pero el discurso de David no se enroca y va hacia adelante buscando el rayo, en una conjunción vocal que nos hace rememorar los antiguos himnos de arcaica polifonía que nos llaman a la reflexión, a la contemplación y a mirar hacia arriba, buscando esa luz clarisa o clara que llega por semitonía. Basta un semitono para pasar del grisáceo al blanco y expresar que la «cruz humilde de una celda» se convierte otra vez en «la clara luz».

La estructura vocal se ciñe como guante aterciopelado a la del texto, nos presenta una frase dividida en tres subfrases que relacionan la 1º estrofa (habitan cinco rayos….) inicio de una gran sección que abarca tres estrofas más con el inicio de la segunda sección (la luz inmóvil…..) ahora en tono de Lab en canto heterofónico entre sopranos y tenores que alternan la melodía principal. Aquella exposición en un color, ésta en otro, pero siempre claros. Aquélla es la luz clara, ésta es Clara, la de la luz, que le habla a Francisco.

El lenguaje es conciso y severo, es un himno, modalismo con diatonismo libre y recordatorios renacentistas de semicadencias deseadas. La delicadeza, el cristal de luz transparente se vuelve enérgico y tenso en la ensoñación de la alegría de Francisco y sus criaturas y después, los rayos de ternura que con pequeños dardos disonantes nos devuelven al de la luz inicial, a la humilde celda. Más adelante, con recordatorios del inicio de la obra, superponiendo dos melodías entre soprano y tenores sobre pedal de altos, volviendo al recogimiento envuelto en la tonalidad principal, entre dórico y lidio gregorianos, entramos en la clara luz en donde oscila la onda que nos mece entre el tono mayor y el menor, entre los matices blanquecinos y el blanco de las clarisas.

                                                                                                                                                                      Manuel Seco de Arpe. Febrero de 2016 

“La luz de las Clarisas” se estrenó en la Basílica de Santa María de Elche por el Coro Maestro Casanovas, dirigido por Sabina Martínez Boj.

La luz de las Clarisas.

Habitan cinco rayos de luz dulce

en un nido pequeño. Recogidos,

sobre la cruz humilde de una celda.

 

La Clara luz.

Cinco siglos de luz enamorada,

hacen brillar las piedras de mi celda.

Es la Luz que se hizo viva sangre,

la que tomó el camino, bien guiada

a tierras del Misteri, donde llueven

oropeles de Gloria desde el Cielo.

La Clara luz.

Cinco siglos de luz enamorada.

La luz inmóvil, frágil, delicada…

Trémula de humildad, de labio santo

abierto a la dulzura; donde Clara,

le pide a su Señor entre palmeras:

“Dame serena paz, barro sencillo…

Dame blancos corderos que me lleven

donde sueña Francisco su alegría.

Quiero tejer en luz el verbo santo

con el que canta y roza a sus criaturas.

Que de su voz, haré mi limpio rezo,

y rayos de ternura permanente

en el mundo invencible de mi celda”.

Entre una cruz humilde siguen vivos

cinco siglos de luz enamorada.

La Clara luz.

                                         Luis Belda Benavent.

Galería

Coro Maestro Casanovas, con Sabina Martínez y Luis Belda, tras el estreno en la Basílica de Santa María de Elche (Alicante).