Universo

Encargo de la orquesta ADDA Simfònica

Temporada «Universo» 2019/2020

Cuando a principios de 2019, el maestro Josep Vicent encargó a David Mora la composición de una obra cuyo título fuese el nombre de la temporada 2019/2020 de la orquesta ADDA Simfònica: “Universo”, me confesó que le vinieron a la memoria las palabras del monje zen Hakuin Ekaku: “Cuando nos olvidamos de nosotros mismos, somos el Universo”; así como una reflexión de Pitágoras que, hace 2600 años, aseveraba: “En la contemplación de la armonía de los ritmos del Universo (de la perfección de las números, siendo el número en este caso, ritmo y proporción), radica la felicidad suprema, literalmente la eudaimonia del alma”; y el libro de Carl Sagan: “Un punto azul pálido”, en el que nos hace comprender mejor la imagen de la Tierra en la lejanía: “Ese pequeño punto indeciso y azul pálido, en medio del Cosmos”. De hecho, toda la primera sección, hasta el compás 104, está basada en la reflexión que Sagan hace cuando la sonda Voyager 1 toma la primera fotografía del planeta Tierra desde 6.000 millones de km. de distancia, pero imaginando el recorrido inverso, desde esta distancia hasta llegar a la Tierra, a través del ritmo yámbico obstinato en pizzicato (símbolo sonoro del ritmo vital) de las cuerdas graves (violas B, violonchelos B y contrabajos B), sobre el que se despliega y evoluciona durante esta primera sección una especie de Passacaglia en espiral, cuyo tema toma las primeras 8 notas del “Adagio Cantábile” de la Sonata Patética de Beethoven (en homenaje por el 250 aniversario de su nacimiento), tratadas como una serie de sonidos (como los motetes isorítmicos del Ars Nova) e interpretadas por los contrabajos, sobre los que se va creando una espiral que crece en longitud, en dinámica y en superposición de elementos. De estos elementos cabe destacar el motivo de 12 notas en semicorcheas que comienza en el cuarteto de cuerda, de evolución condensada y superpuesta; primero en el cuarteto, luego combinada con los dos quintetos de viento, para ir creciendo sobre la sonoridad de las cuerdas, una masa auditiva que asienta el clímax en el compás 91, finalizando la primera sección, mantenida en la segunda y aunada con nuevos elementos, hasta el tiempo de decrecer y atacar en forte súbito en la tercera y última sección, tratada ahora como una retrogradación libre, en la que se vuelven a insertar fragmentos de la Passacaglia y se ejecuta con una magnitud distinta a la inicial, con elementos nuevos (seisillos de negras y grupos de semicorcheas dobles en los quintetos de viento; y acordes en los metales), que representan la parte más humana, en definitiva, la vida en la tierra.

A mi juicio, esta creación no es un intento de indagar cómo el hombre llegó al Universo, sino cómo el Universo llegó a transformarse en el hombre. Porque todo es el Universo: una puesta de sol, un beso, la caricia de un niño, el ruido de la sangre, la paz del agua, la luz, el miedo, el futuro y el pasado. La Ciencia y el pensamiento evolucionado nos han abierto a meditar, a fluir sobre la vida con nuevas ecuaciones: a entender –y también a sentir–. Esta obra, por lo tanto, trasciende con su filosofía y formula, con su poética, la numerología del Universo: la palabra nunca nombrada e incomprensible para el sonido humano, su ritmo y su paz… Quizá podamos algún día comprender mejor la imagen de la Tierra en la lejanía: “Ese pequeño punto indeciso y azul pálido, en medio del Cosmos” que le debemos a Carl Sagan. Puede que al fin hayamos percibido que, todo lo que vive y lo que vivió, el tiempo, el pasado y el futuro, el amor y la esperanza son los ladrillos visibles del Universo, el legado de nuestro corazón, nuestro sueño.

Sobre los acordes en forte de los tres quintetos (todos los vientos más el timbal), que aparecen al principio y en diferentes momentos a lo largo de la obra, adquieren los oyentes la posibilidad de integrarse en el pulso de la vida y el Universo: el todo de la existencia, las raíces primeras de las preguntas incontestables y, a su vez, la constatación indiscutible de ser parte de ese polvo genuino de estrellas y de luz que nos propone el compositor con esta obra.

                                                                                                                                                                                                        Luis Belda Benavent

Duración de la obra: 15 minutos

Instrumentación y disposición de la orquesta en el escenario:

La orquesta se divide en cinco grupos separados: 2 quintetos de viento, un quiteto formado por las dos trompetas, los dos trombones y los timbales; el cuarteto de cuerda (que se sitúa entre la orquesta de cuerda y el director) y la cuerda.

2 Flauti (1º anche picc.)

2 Oboe

2 Clarinetti in Bb

2 Fagotti

2 Corni in F

2 Trombe in Bb

2 Tromboni

Timpani

String quartet

String

El estreno de la obra “Universo» fue programado 7 de mayo de 2020 pero, debido al confinamiento de la primavera de 2020 por la Covid-19,  se estrenó el 1 de mayo de 2021 en el Auditorio de la Diputación de Alicante, por su orquesta ADDA Simfònica, dirigida por Jurjen Hempel.

Entrevista

Galería

Portada de la temporada 19/20

Programa de mano del estreno.

Concierto en los ENSEMS

Palau de Les Arts Reina Sofía de Valencia

Ensayo en el ADDA

Ensayo en el ADDA

Ensayo en el ADDA